El dinero público no es el maná que cae del cielo

Corría el verano del año 92 y yo con mis 17 años recién cumplidos estaba en el sur de Inglaterra aprendiendo inglés alojado en una familia obrera. En la portada del The Sun y The Daily Mirror apareció Sarah Ferguson en Topless con sus hijos y un millonario americano bañándose tranquilamente en una piscina francesa. La señora de la casa que me alojaba estaba muy indignada con el hecho; no porque la pelirroja estuviera en bolas delante de sus hijos con un hombre que no era su padre; sino por semejante forma de despilfarrar el dinero público (acababa de divorciarse del Príncipe Andrés), SU dinero, el dinero de los contribuyentes. Me dejó muy marcado esa forma de ver las cosas. En España, entonces y ahora, parece que el dinero público es el maná de que cae del cielo, y nos escandalizamos por cualquier cosa menos por su despilfarro.
Recuerdo que mientras desayunaba para ir al instituto, solía ver el informativo de Peter Jennins de la CNN que emitía Canal+. Me llamaba la atención que ante cualquier noticia donde se sospechaba que se había despilfarrado dinero público, se añadía un epílogo donde se decían cosas concretas que se podrían haber hecho con ese dinero (una carretera, un colegio...). No por el tema social, sino porque los anglosajones tienen mucha conciencia que el dinero público es su dinero, el de sus impuestos.

Que el gobierno dice que hay un superávit presupuestario del 1,6% del PIB (unos 18.000 millones de €) pues nada, será que el maná ha sido generoso. Estoy por escuchar al primero que diga que ese dinero es nuestro, que o bien han recaudado de más o bien nos han dado servicios e infraestructuras de menos.

Que Telemadrid quiere poner el fútbol del Getafe y el Atleti, pues nada paga los derechos con el dinero de todos los madrileños, tanto los que les gusta el fútbol como los que no. Total es el maná del cielo.

Lo de hoy es ya el colmo, tenemos el canon de las bibliotecas, que muy bien comenta puluante. Mario Bedera, diputado socialista, tiene la cara de decir:

El canon por préstamo bibliotecario será asumido por el Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas -en un porcentaje a convenir-, y "en ningún caso" por el consumidor.

Claro, como el dinero del Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas es el mana que cae del cielo. Traducido: Seas o no usuario de las bibliotecas, como contribuyente, pagarás este canon.

Cita del día: nos mean y dicen que llueve.