Desbordar la expectativa, buscar la excelencia

Resumen del post: ¿Es mejor llevar sujetador con relleno y camiseta ajustada o jersey de lana que esconda tus encantos a quien los merezca?

En esta vida la primera impresión que algo nos deja suele estar muy mediatizada por la expectativa que teníamos sobre ese algo y la realidad que nos hemos encontrado. Si una peli la esperamos como sublime y luego resulta que nos gusta pero no tanto, tanto, quedaremos un tanto defraudados aunque la peli sea casi sublime. Si un futbolista le tenemos como mediocre y hace algo genial, quedaremos gratamente sorprendidos y seguramente pensemos que es mejor de lo que en realidad es.

Creo que en esta vida es un buen criterio intentar desbordar siempre la expectativa. La expectativa que tiene un cliente sobre tu producto, la expectativa que tiene tu padre sobre tus notas, la expectativa que tiene tu jefe sobre tu presentación, la expectativa que tiene tu pareja sobre el regalo de aniversario. De hecho hace no mucho que leí que una de las claves para progresar dentro de una empresa es desbordar la expectativa de tu jefe constantemente. Para que un producto o servicio triunfe, debe esconder alguna sorpresa que desborde la expectativa del cliente.

Pienso que uno de los motivos de preocupación y estrés habituales que nos encontramos en la vida es cuando sabemos que la expectativa creada no va a ser plenamente satisfecha. Sabemos que el jefe va a quedar defraudado con el informe del que tanto esperaba. Cuando sabemos que vamos justitos al examen cuando normalmente sacas buenas notas.

Hablándolo con mi esposa, yo opinaba cómo merece la pena trabajar duro, cuidar los detalles etc... para tener cierta certeza que vamos desbordar la expectativa de nuestro jefe o de nuestra novias o de nuestros clientes; y así tener éxito y no tener taquicardias. Mi esposa me decía que otra estrategia puede ser no poner una expectativa demasiado alta, de manera que te sea fácil de desbordar. Si por ejemplo eres una persona que habla mucho de sí mismo y lo fantástico que eres en esto y en lo otro, pues va a ser fácil que defraudes, porque van a esperar mucho de ti. Por el contrario si vendes tu producto como bueno, y el cliente descubre por sí mismo que es muy bueno, le habremos creado una muy buena primera impresión; mejor que si le vendemos el producto como sublime y el cliente descubre por sí mismo que es muy bueno pero no sublime.

Así las cosas en el marco del desarrollo de una estrategia de marca personal, ¿qué es mejor?, no cortarse cuando uno dice: "yo soy experto en esto y muy bueno en aquello". Aunque te pones el listón alto para saltar por encima, pero pones los dientes largos para que cuenten contigo. O mejor decir: " tengo nociones de esto y soy novato en aquello" para luego sorprender, aunque esto suponga que sea más difícil ser elegido.

En el marco de un producto o servicio, ¿qué es mejor? vender humo diciendo que es sublime, por tanto más apetecible de ser elegido, aunque luego defraude un tanto, o es mejor decir que es bueno a secas para que el cliente se sorprenda después, aunque esto desposicione el producto. Quizá la primera estrategia te aporte rápidamente una masa critica de clientes, insatisfechos a medio plazo y la segunda estrategia te lleve a tener clientes muy fidelizados, pero te llevará mucho tiempo alcanzar la masa crítica

Realmente no tengo respuestas, aunque sí que pienso que cuando algo se vende como sublime y resulta ser casi perfecto ya es el clímax total. Pasa por ejemplo con las grandes estrellas del fútbol. Todos esperamos de ellos una jugada genial, algunos, lo mejores, con todos los focos apuntándoles, van y la hacen en el momento clave. Desbordan una expectativa que ya era muy alta. Quizá a eso podemos llamarle excelencia y es algo que deberíamos buscar en todo lo que hacemos...